Aventuras del Profesor Challenger
10,00 €
Estado: Correcto
Encuadernación: Tapa blanda
Tras el éxito alcanzado con la aparición de "El mundo Perdido", Conan Doyle, al igual que hiciera con su insuperable Sherlock Holmes, no resistió la tentación de "acabar" con el singular protagonista de aquella aventura. Por ello probó fortuna, y podemos afirmar que con acierto, utilizando de nuevo la figura del excéntrico profesor Challenger para enfrentarlo a una nueva serie de peripecias que constituyen el volumen que hoy presentamos.
"Por favor, antes de comprar un producto de esta categoría lee bien su descripción, de la que las fotos forman parte, y nuestra política de ventas al respecto".
Tras el éxito alcanzado con la aparición de "El mundo Perdido", Conan Doyle, al igual que hiciera con su insuperable Sherlock Holmes, no resistió la tentación de "acabar" con el singular protagonista de aquella aventura. Por ello probó fortuna, y podemos afirmar que con acierto, utilizando de nuevo la figura del excéntrico profesor Challenger para enfrentarlo a una nueva serie de peripecias que constituyen el volumen que hoy presentamos. Así "Las Aventuras del Profesor Challenger" resulta la conclusión de la saga de tan singular personaje. En ellas se reiterarán de nuevo las características del profesor: su malhumor legendario, su "justificado" desprecio por los periodistas —lo cual no impide paradójicamente sea un periodista el cronista fiel de sus estrafalarias teorías—, su descocado racismo, su vocación de redentor del género humano y su megalomanía carismática. Sin embargo, a pesar de los pesares, el profesor Challenger se convierte en un personaje entrañable, quizás por su obstinado distanciamiento de la vida real tan al modo británico. Junto al profesor aparecen nuevamente sus viejos amigos: el escéptico profesor Summerlee, lord John Roxton el aristócrata aventurero y el abnegado Ted Malone, que contribuyen, como contribuyeron en "El Mundo Perdido", a aderezar la acción sirviendo de corifeos al protagonista, para confirmar tal vez las intenciones que movían a Conan Doyle a escribir este tipo de relatos: "divertir ha sido mi empeño, al hombre ese niño grande, al niño ese hombre pequeño".