DUNE: LA GUERRA DE ARRAKIS… ¿Guerra del Anillo
entre polvo y arena?
Arrakis es un mundo desértico aparentemente muerto y estéril, pero aquí se encuentra el recurso más importante de la galaxia: la
especia melange. Sin ella, no caben los viajes espaciales y los humanos se convierten en pequeños grupos en planetas aislados. Se dice que quien controle Arrakis…controlará el Universo. El Padishah Emperador Shaddam IV, de la Casa Corrino, entregó Arrakis como feudo a la Casa Atreides para acto seguido conspirar junto a los mortales enemigos de éstos, la Casa Harkonnen y destruirlos. Los Harkonnen gobiernan ahora el planeta con puño de hierro bajo la égida de la Bestia Rabban, sobrino mayor del Barón Vladimir Harkonnen. Pero Paul, hijo del Duque Leto y heredero de la Casa Atreides, y su madre, Lady Jessica, están vivos y organizando una rebelión con la ayuda de los Fremen, los misteriosos habitantes de las estériles extensiones de Arrakis, más conocido como Dune.
En este contexto, con el trasfondo que conforma la potente saga de libros de Dune de Frank Herbert, nos encontramos con un juego de estrategia asimétrica en el que los jugadores lucharán por el control del planeta mediante los recursos que tendrán disponibles; fuerzas regulares y de élite, líderes con habilidades únicas, gusanos de arena, poderosos vehículos de ataque y exploración y mazos únicos de cartas que desencadenarán eventos que pueden ser decisivos. El juego se ha querido equiparar al gran Guerra del Anillo, puesto que sus diseñadores son los mismos, Marco Maggi y Franchesco Nepitello. Y sí, pero no.
Sí respecto a la asimetría de las facciones, con sus fortalezas y debilidades que cada jugador tendrá que aprender a explotar sabiamente, potenciando unas y tratando de minimizar los riesgos de las otras. Sí respecto a mecánicas generales de juego como el sistema de dados para ejecutar acciones, clases de tropas, regulares y de élite, líderes con habilidades adicionales, empleo de cartas, aunque aquí sólo las hay de evento, sin particularidades para ser empleadas en combate, algo que se deja a los líderes, o condiciones de victoria, específicas y únicas. No respecto a amalgama de la historia, mucho más rica en Guerra del Anillo y menos profunda y más aséptica en Dune por obra y gracia de las cartas de uno y otro juego. No respecto a posibilidades de estrategia para buscar la victoria final por un medio u otro, donde Guerra del Anillo ofrece más variantes y, por tanto, una mayor riqueza. En Dune, el jugador Harkonnen sabe que sólo ganará mediante la destrucción de un cierto número de sietch enemigos y el jugador Atreides que sólo lo hará logrando determinado número de puntos de presciencia en sus tres marcadores, y aunque aquí si dispone de una mayor flexibilidad para lograrlo, los 10 puntos que necesitará en el de yihad lo condicionarán bastante y habrá que pelear por los poblados pyon, por Carthag y por Arrakeen.
Dicho esto, nuestra experiencia está resultando grata y lo recomendamos sin dudarlo si disfrutas con este estilo de juegos. Además, pensamos que con el añadido de la expansión “La Cofradía Espacial” gana enteros al dotar de un mayor interés a la parte relacionada con la recolección y mantenimiento de especia en un nivel apropiado durante las partidas para los Harkonnen.
¡Juega, lee, aprende!